"Skinty Fia: Un estruendo emocional de Fountains D.C. no apto para todos los oídos"

Tenía tiempo que en mis manos no caía un disco que me paralizara para escucharlo de principio a fin y sin interrupciones. Es el caso de "Skinty Fia" de Fountains D.C. que mas que un álbum, es un viaje emocional, que te transporta al garage donde este grupo irlandés se junta a ensayar y componer obras maestras como ésta.

Desde los primeros acordes de "Skinty Fia," queda claro que Fountains D.C. está influenciado por sonidos del post punk de los años 80, como Velvet Underground. Las guitarras estridentes y la inconfundible voz de Grian Chatten tejen una red sonora que impone un estilo propio.

Las letras de Chatten se convierten en el tapiz lírico que envuelve este álbum, un collage de imágenes evocadoras y letras que manifiestan una mirada introspectiva a la complejidad humana en temas como el amor y desamor, la nostalgia de un tiempo perdido y la eterna búsqueda del sentido propio.

Así como en su momento Interpol o The Strokes hicieron un retrato de Nueva York (la ciudad en donde residen), el sonido de Fountains D.C. es una fiel representación urbana de Dublín, pero filtrada a través de una lente de distorsión. Cada acorde parece emerger de las calles empedradas de la ciudad, pero con una intensidad y una textura que solo esta banda podría lograr. Es una experiencia auditiva que te transporta a las entrañas de la capital irlandesa y sus inumerables pubs con olor a cerveza y tabaco.

"Skinty Fia" es un testimonio de que Fountains D.C. no se aferra a ninguna etiqueta, desplazándose con destreza desde momentos de furia hasta pasajes más contemplativos, haciendo de este álbum un viaje placentero que incluso puede llevarte a parajes autoreflexivos.

En conclusión, más que el tercer álbum de Fountains D.C., "Skinty Fia"; es una obra que los consolida como una banda a la cual prestar completa atención en sus próximas entregas. La banda irlandesa no solo se ha hecho de un nombre y lugar en la escena británica de post punk actual, sino que ha establecido un sonido propio que, sin duda, resonará en los oídos de los melómanos y definirá el paisaje sonoro en los años venideros.